Portear a un bebé recién nacido es colocarlo justo donde necesita.
Recibe tu calor, tu olor, tu sonido, seguridad y amor. Y tu recibes exactamente lo mismo, ese chute de oxitocina que te va a ayudar tanto a pasar esas primeras semanas.
También puedes portear desde el nacimiento, pero eligiendo un portabebés que no cargue el peso en la zona abdominal, lo mismo que si tuvieras el suelo pélvico dañado. En estos casos, podemos barajar opciones como fulares o bandoleras. Siendo muy respetuosa con tu cuerpo (que pa´ eso es tuyo) y con consciencia en cuanto a los tiempos de esfuerzo.
Al llevar un bebé chiquitito y con el peso bien repartido entre espalda y hombros, apenas notarás el incremento de peso. La sensación llegará seguramente una vez te lo quites, ahí tienes que observar dónde se te resiente el cuerpo y actuar en consecuencia.
Desde hoy nuestro fular en la web!
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Todos los fulares vienen con un gorrito para tu guagua.
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